miércoles, 22 de febrero de 2012

AAR RTW Terrae Expugnandae Ponto 3: La historia de Ariobarzanes


Mientras Spartocus, era llevado a la tienda de los oficiales fuera de los muros de la ciudad, su acompañante, hasta el momento había pasado total mente desapercibido, vestia atuendo militar y se acerco a una pequeño templo el cual tenia señales notorias de haber sido resguardado del fuego, se y rezó.

Su nombre era Ariobarzanes de Sebasteia, era un noble de buen renombre el cual había servido al rey en algunas ocasiones como comandante caballería. Era bastante alto y usaba una barba recortada que le transmitía cierto aire de serenidad, sin embargo, eso era solo la apariencia, en el fondo se trataba de alguien sumamente visceral, por esta razón nunca ascendió mas en su carrera militar.

Pero nunca se debe olvidar que la fortuna se mueve por incentivos que nadie conoce y un día en uno de los banquetes ofrecidos por el rey vio a una joven de gran belleza con una piel morena y unos ojos negros azabache, tras verla que notoriamente embelesado y Pharnaces dandose cuenta,  le dijo:

-¿Es hermosa cierto?, su nombre es _____ y es mi segundo gran amor, tras su madre obviamente. sonrió.
Ariobarzanes consternado por haber caido como un crio, repuso con un tono de voz firme; pues si, realmente es muy bella- Si no hubiera sido porque estaba rojo hubiera quedado la cosa ahi, mas Pharnaces queria establecer lazos con la nobleza para cuando fuera rey por lo que se efectuó un matrimonio.

Luego de vivir dos meses como esposos, y tras una larga ausencia del príncipe Pharnaces por una campaña militar en territorio Armenio, fue citado al salón del rey , al llegar encontró al príncipe Spartocus y al monarca Mithradates, luego de los saludos protocolares el rey se dirigió a el.

Ariobarzanes, te he llamado en vista de un asunto muy delicado que hay que tocar, tal vez sepas que mi estado de salud no es el mejor de todos ... comenzó diciendo, por su parte Ariobarzanes sabia muy bien la condicion del rey, pero prefirió callar.- ....

... como decía estoy débil, y es necesario que el príncipe se encuentre en la capital ante cualquier infortunio, mande a llamarlo con un mensajero pero no he recibido respuesta alguna y temo que una rebelión en el paso de las montañas sea el problema. Spartocus ira pero el nunca ha luchado contra los armenios y no quiero que vaya solo, tu deber pues, por los lazos de sangre que te unen al príncipe sera escoltarlo hasta Kotais con la mayor prudencia posible, un reino no puede permitirse estar sin rey ni heredero.

Tras ello comenzaron a preparar el viaje, solo unos pocos jinetes de la guardia, selectos por su fuerza y lealtad irian, el rey queria mantener su estado precario lo mas oculto posible y una empresa tan desesperada rebelaria ante los ojos de todos que pronto seria el fin de su vida.

Pero cuando se preparaban para salir en la tarde, el grito desgarrador de Artoxares desde la habitación del rey los alerto del temido suceso, el rey se encontraba en su cama, con la tez pálida y los labios ennegrecidos.

Los guardias que acudieron fueron rápidamente instruidos por su oficial que no podían decir palabra alguna fuera del palacio de lo ocurrido, de hacerlo arriesgaban la muerte, Spartocus por su parte y a pesar de tener la cara llena de lagrimas, se erguía como un roble e instruyo a todos los sirvientes de no salir ni hablar del palacio.

La reina bella como siempre, dejaba ya notar el paso de los años en su cabellera cana(?). Al enterarse de la noticia, se mantuvo altiva con todo el porte y nobleza que se esperaba de ella, se puso en luto pero evito hacer apariciones publicas.

Por mientras, Spartocus llamo a Ariobarzanes y le dijo, ¡tenemos que salir ya!, he enviado un correo a mi hermano, el regente de Sinope, Herakles, el se hará cargo del reino de la forma mas sutil posible, pero debemos darnos prisa.

Así fue como llegaron a Kotais... en eso estaba su pensamiento cuando fue llamado a la tienda donde Spartocus estaba, una vez ahí le dijo:

-La muerte de mi hermano, me produce un dolor que no puedo expresar. Esta serie de desafortunados sucesos no es mas que una señal de los Dioses, no se que quieren, pero no dejaremos esta muerte impune.

Ariobarzanes se ladeo sin entender.

-Pero sus asesinos fueron muertos en el campo de batalla y Ziaelas cayo poco después que él...

- ¡Eso no basta!.- grito fuera de si Spartocus, visiblemente alterado.
-Estas son tus ordenes, llevaras esta carta a la capital, para informar a Herakles, que por descendencia es el nuevo rey, la haría enviar con un mensajero pero al parecer el problema con la ciudad de las montañas sigue presente, y eso es lo que harás luego, llevaras contigo a los mercenarios del ejercito de mi hermano y arrasaras su ciudad- mientras lo miraba con expresión sombría- los Sparabara quedaran acá como guarnición y yo tomare el mando de gobernador de esta provincia, es una situación complicada pero nos servirá de frontera contra el reino armenio. 

Ariobarzanes, luego de responder indicándole que lo considerara como hecho, se retiro de la habitacion, pensaba para sus adentro como este joven de menos de 20 años, a pesar de la muerte de su padre y hermano era capaz de tener la mente lucida... y lo terrible que seria si alguna vez se cruzara en su camino.

Así fue como partió de la arrasada ciudad con los mercenarios y contrato a jinetes escitas para apoyar sus operaciones, emprendio el viaje hacia el sur, pero rapidamente noto que las nevadas y derrumbes retrasarian en demasia el viaje, y tomando una arriesgada decisión, envió la carta con el grupo de jinetes escitas. Odiaba tener que dejar algo tan importante en manos de mercenarios, pero de no hacerlo el mensaje podría tomar meses en llegar y eso seria peor aún. 



Así pasaron varios días, en los cuales el viaje se hizo largo y dificultoso por las nevadas continuas, y cuando se encontraban ya cerca del río que separaba Satala, la ciudad armenia. Un segundo contingente apareció para unirse con él. El Capitán de los hombres se dirigió a Ariobarzanes y le explico que la carta había llegado de mano de unos mercenarios escitas y el nuevo rey Herakles decidió enviar refuerzos para la captura de Satala. 

Así, con las nuevas levas atravesó el río rumbo a la ciudad, pero grande fue su sorpresa al ver que esta se había rendido al reino armenio y los hombres que presentaron resistencia se encontraban muertos.




Tras volver a la capital y contar lo sucedido, el nuevo rey converso largo y tendido con él, le puso al tanto de varios problemas que aquejaban a Ponto por las ultimas tragedias. Tras esto durante algunos meses las cosas se tranquilizaron, y el fue llamado al campamento del ejercito para supervisar el entrenamiento de las levas y su preparacion para la campaña militar que se venia.

Solo eran rumores, pero muchos sentía que la guerra con el Imperio Seleucida era inevitable, y a pesar de haber problemas internos en la familia Ariobarzanes evitaba meterse mucho en ello, prefería ir al campamento y velar por su esposa.

Finalmente a fines del invierno, le fue adjudicada la tarea de someter las ciudades de la costa, Ni comedia y Pergamo, que se habían mostrado partidarias de unirse al Imperio antes de hacer una alianza con ellos para resistir una posible ultranza. Visto que ahora el ejercito se encontraba mas preparado el rey mando a construir una pequeña flota y enviar sus fuerzas por mar. 

Así fue como comenzó su historia.







Mithradates
Pharnaces


Spartocus

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